Elefante liberado tras más de 80 años encadenado.

La vida en cautiverio es la peor forma de vida. Desafortunadamente, muchos animales sufren este destino debido al maltrato humano. Entre ellos se encuentra la Abuela Somboon, una elefanta que ha pasado más de 80 años en cautiverio.

Este triste animal fue secuestrado de la naturaleza cuando era un ternero y ha pasado su vida transportando visitantes y actuando en espectáculos.

Finalmente, Somboon consiguió llamar la atención de la Fundación para la Salvación del Elefante de Tailandia, que defiende los derechos de los elefantes cautivos.

“Es hora de que la abuela esté bien cuidada y pueda descansar”, escribió el rescate en Facebook el año pasado, y agregó: “Estamos en una misión de rescate para proteger a Somboon y transportarla a su verdadero hogar final”.

No tardaron mucho en completar su objetivo de darle al hermoso animal la vida que siempre había merecido.

A Somboon lo liberaron de sus grilletes y lo llevaron al santuario del Parque Natural de Elefantes.
Sin embargo, esto no significó el fin de su calvario.

Desafortunadamente, años de duro trabajo y abandono habían hecho mella en su salud y su cuerpo.

Demacrada, sin un diente, terriblemente deshidratada y con los ojos nublados, aún le quedaba un largo camino por recorrer antes de recuperarse completamente.

“Al llegar, muchos elefantes nuevos, todavía plagados de paranoia y falta de confianza, tardan semanas en echarse a dormir”, según la organización de rescate.

Pero la abuela Somboon rechazó la norma. Agotada por el viaje y una vida de dificultades, buscó de inmediato el montículo de arena preparado para ella, durmiendo cómodamente en medio del frenético ajetreo que la rodeaba.

Somboon, fatigada por su dura existencia de casi 80 años, se acostó y descansó tan pronto como llegó a su nuevo refugio.

Por primera vez en ocho décadas, pudo dormir sin las cadenas de sus tobillos.

Sus rescatadores estaban preocupados de que no pudiera adaptarse, pero lo hizo.

Somboon continúa sorprendiendo a todos con su mejora diaria.

Para este pobre elefante la vida finalmente volvió a ser buena.

Estamos agradecidos de que existan grupos de rescate para brindarles a los animales abandonados y maltratados una segunda oportunidad.

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